Saturday, February 26, 2011

4am
Sábado
Mensaje.
'¿Dónde estás?'
El hermano de Joline.
¿Por qué *** le di mi número? No. Se lo dió Joline. Si algún día vuelve me va a oir.
Modo avión.
1152pm
Domingo
Las ventanas de casa tienen luz.
Maldigo en voz alta y un mendigo se aleja de mí, asustado.
Nadie tiene llaves de casa. Nadie excepto Tom.
Subo los siete pisos arrastrando los pies con la certeza de lo que me espera al llegar: la puerta cerrada por dentro.
Me apetece gritarle pero me contento con aporrear la puerta. Le doy una patada que siento a través de las botas y me siento en el suelo a esperar. Quizás un par de horas después se abre la puerta a mi izquierda.
-Se acabó el drama, barbie. Ya ha pasado un mes.
No me muevo.
Me coge en brazos y me lleva al salón.
-He dicho que se acabó. Y lo digo en serio-repite.
No me apetece discutir.
-Le echo de menos, Tom.
Se sienta a mi lado.
-Ya. ¿Y qué? ¿Te crees con más derecho a llorarle que yo? ¿O acaso crees que pasar las noches drogada va a hacer que vuelva? ¿Cuantas noches has vuelto y ha estado aquí? ¿Te crees con más derechos que todas las viudas, madres, hijas y hermanas de todos los hombres que mató él? ¿O tú o yo?
Lo peor es que todo lo que ha dicho él ya lo he pensado yo.
-Siempre pensé que me matarían antes a mi.
-No te voy a dar vacacciones.
-No.
-Me da igual que llores por las noches. Sé que puedes seguir haciendo tu trabajo perfectamente.
Le miré fijamente.
-A veces disfruto, Tom. Y no me arrepiente sentirme así.
Sonríe tristemente y me besa la frente.
-Tenemos que sobrevivir, barbie.
Recoge sus cosas y se dirige a la puerta, pero se gira antes de llegar y me mira muy serio.
-Sólo puedes tomar éxtasis tres veces al meses. Y olvídate de la coca, el LSD y todo lo demás. Es una orden.


Hace dos semanas que me visitó Tom. La noche siguiente fue la primera desde el entierro que no tomé nada. Al contrario de lo que esperaba la tristeza no es mayor, anoche incluso le sonreí a un niño pequeño sin querer.
Ya tengo todo lo que necesito saber de mi objetivo, pero prefiero hacer tiempo antes de volver a casa a terminar el informe. Se me hace extraño caminar sóla frente a la puerta de La Bohème, pero sin saber por qué acabo parada en la acera de enfrente.
-¿Hoy no entras?
Me sobresalto al oir su voz a mi lado. Balbuceo algo patético.
-No, no-consigo decir-Estoy operativa.
-No como hace unas semanas... ¿eh?
-Calla.
-Oye-me toca la mejilla-Me lo dijo Joline el otro día...siento lo de Jack.
-Gracias.
Sigue teniendo la mano en mi mejilla. Se la aparto.
-¿Quieres que te acompañe a casa?
-No hace falta.
Se ríe un poco.
-Te acompaño hasta el rellano.
Me agarro a su brazo y comienzo a andar.
-¿Qué sabes de Joline entonces?
Se encoge de hombros.
-Trabajando. Sólo me llamó por lo de Jack. Desde que cambió de jefe apenas la veo. ¿Estabais juntos?
-No.
-Siempre me pareció que le querías.
-Era mi compañero. Nos cuidábamos.
-Yo puedo cuidarte ahora.
-Pablo no me vaciles, ahora no.
Se para en seco.
-¿Quién más sabe lo que haces? Vamos, ¿con quién más te has acostado que no sea Jack en los últimos seis años tenga una ligera idea de quién eres?
-Tú eres una buena persona, nosotros sobrevivimos-citó a Tom sin querer.
-Y no os judgo.
-Cuida a la azafata o la enfermera, que seguro lo necesitan  más que yo.
Se rie en mi cara.
-Me voy a África mañana. Vuelvo en dos semanas. Haz lo que tengas que hacer y vente conmigo a Copenhague, tengo una conferencia de tres días allí.
Me suelta y echa a andar.
Cómo le encantan los faroles.
-¡Eh! ¡Pablo!
Le sonrío cuando se gira y le lanzo la única copia que tengo de las llaves de casa. Sé que las coge al vuelo porque no las oigo caer. Camino hacia el portal sin mirarle.
Por primera vez en mi periodo de luto asumo que ya no está Jack.
Mientras Pablo me alcanza escribo a Tom para confirmarle algo que ya sabemos los dos desde hace días.
'Necesito cita en la clínica.
Voy a abortar'.





Siete

No comments:

Post a Comment

Note: Only a member of this blog may post a comment.