Monday, February 7, 2011

VI.

-Debemos ir al templo, tengo la sensación de que algo horrible va a suceder allí.
La anciana no se movió, apoyada en el muro blanco, contemplando el mar, extendió sus manos hacia él, acariciándole el rostro.
-Eres un buen hombre.
-Sólo soy un hombre que protege a un monstruo.
-Déjame matarle a mí. Ella... ella lo humillará, lo destrozará...
Se puso tenso.
-Quizás lo merezca.
-Quizás no.
-¿Por qué defiendes a un hombre que violó a una niña?
-¿Por qué defiendes tú a una mujer qué mató a su hijo con sus propias manos? -le preguntó.




Era la primera vez en cuatro años que se atrevia a estar a solas con él. La primera vez que le cogía la mano y le dejaba caminar con ella. Incluso le habia besado la frente. Era la primera vez que entraba en su dormitorio. 
Alli, cuidadosamente colocado sobre un baul junto al balcón, estaba su vestido azul.
-¿Qué es eso, Victor?
-Es el vestido de mi mamá, me lo dio Ariadne. Algún dia vendrá a buscarme y me llevará a casa.
'A casa'
-Tú no tienes casa.
-Claro que tengo. Y una mamá preciosa. Y vendrá a buscarme un dia.
La visión del crio quedó empañada por una suave cortina de lágrimas. Su vestido azul...
-Tú no tienes madre.
-Claro que si.
-¡No! ¡NO! ¡Tu madre está muerta! ¡MUERTA! ¿Me  oyes? ¡Muerta! ¡Y no va a volver a por ti! ¡Nunca!
-¡No! ¡Mi mamá va a venir!
-¡No! 
Sin darse cuenta arrojó el vestido al suelo y se abalazó sobre el crio, tratando de callarlo.
-¡NO!
El olor a pánico lo inundaba todo.
Victor ya no chillaba, aterrado, aferraba su muñeca con esas manitas blancas y pequeñas, intentando  separarlas de su garganta.
-¡NONONO!
Trató de colocarlo contra la pared, pero se resbaló con su orina y ambos cayeron hacia delante.
La cabeza de él con un golpe seco en el suelo, las manos de ella intentando sujetarle.
Y entonces la presión cesó sobre sus muñecas.
-No...




-Porque es mi hermana.
Ariadne sonrió con melancolia.
-Él es mi hijo.


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