Monday, December 21, 2009

Él se había reunido con un equipo especializado
para enseñarles todos los puntos débiles y todas las posibles entradas
a La Capital.

Yo había vuelto al corazón
había aprendido que llamaban
maestro
a nuestro anfitrión.
Que había tres islas más.
En una se daba cobijo a los refugiados y cuidados a los necesitados,
incluso tenían un par de hospitales.
otra albergaba a campesinos, ganaderos, pescadero, mineros,
y aportaba todas las materias primas que necesitaban.
La tercera de las islas
estaba deshabitada,
una central nuclear en su centro,
y placas solares 
repartidas por toda ella generaban la energía necesaria
para abastecer al archipielago.

Y, por último,
 la isla.
Más alejada que las otras,
quién llegaba aquí, llegaba intencionadamente, y sabía qué le esperaba,
cómo nosotros.
La Isla de los Gladiadores.
Su defensa,
su esperanza,
sus versión clásica (y más valiente, pensé) de los supersoldados.

Aquí no sólo se entrenaban,
si no que se encontraba toda la inteligencia de la resistencia,
aquél laboratorio no era más que una pequeña parte de una isla
dedicada enteramente al desarollo.
un ejército de cuerpos y mentes maravillosos,
encargados de encontrar la forma de traer de nuevo
la paz.

-Mi abuela me hablaba de este lugar antes de ir a dormir,
pero lo que ella me contaba
no tenía nada que ver con esto.

Él sonrió.

-Ella vivió aquí antes del exilio,
y salvo los laboratorios apenas quedan restos de lo que fué.

-También me habló una vez de tu madre...
¿qué esperais en realidad de nosotros?

-¿A qué habeis venido en realidad vosotros?

Era astuto.

-No sé qué esperaban realmente al enviarnos aquí, pero
he crecido creyendo en el cambio,
en la revolución.
Y a diferencia de los que trazaron sus líneas,
he conocido la opresión,
he vivido en ella,
en su apestosa esclavitud.
No he conocido la libertad que me prometen, 
pero conozco la sociedad a la que pretenden salvar. La he estudiado minuciosamente,
y puedo decirte que el plan de mi abuelo de recuperarla
en batalla no es viable. Es un suicidio.

-Stephano siempre fué
un hombre de acción... quizás tengas razón,
los tiempos han cambiado,
pero estáis aquí a pesar de todo,
con la fórmula de crear de nuevo y mejor
el arma en que más confiaba tu abuelo.
Y con las llaves de vuelta a La Capital,
nuestro plan era el plan de tu abuelo,
¿cúal es tu plan?
Este viejo apuesta a que tienes uno

-Destruirles desde dentro.







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